Las rutas hacia el turismo en la naturaleza

Ron Mader

Periodista y autor del libro Mexico: Adventures in Nature (disponible en Deportes Rubens, Carranza 17, Centro Histórico; tel: 5512-8312 ). 
Ganador de varios premios, como el Lente de Plata, de Sectur por su website Planeta.com: Eco Viajes en México.


http://www.planeta.com/

 

¿Cómo llegas a donde está lo silvestre?

En julio de 1999, Mexico fue anfitrión de la Primera  Exposición de Turismo de Aventura y Ecoturismo en la ciudad de México. Algunos estados con un marcado interés en promover sus maravillas naturales (Veracruz, Oaxaca, Michoacán y Morelos) compraron espacios de la exposición junto a compañías de rafting, tours históricos y aerolíneas nacionales. Además, ofrecieron en sus pabellones sitio gratuito o con descuento a proyectos administrados por las comunidades, tales como los Museos Comunitarios de Oaxaca o el proyecto Nuevo San Juan Parangaricutiro, cerca del volcán Paricutín, en Michoacán.

Ésta fue una muestra de aprovechamiento de una red de cooperación entre el sector privado y el gobierno, lo cual es básico para garantizar que los esfuerzos locales reciban promoción nacional e internacional. La segunda exposición (que acaba de pasar) fue un evento todavía más grande y los temas en las conferencias fueron tratados a mayor profundidad. La del 2001 será una especie de tianguis turístico, pero enfocado al mercado del turismo alternativo.

Los oficiales de turismo en Latinoamérica han intentado regular y promover el turismo ambiental. El reto ha sido unir las fuerzas de las áreas de turismo y de protección del ambiente. El primer paso es el más difícil ¿cómo llegas a donde está lo silvestre? Los institutos de turismo de Costa Rica y Honduras publican mapas con información de sus áreas protegidas. En México alguna vez se público un mapa así, pero rápidamente se agotó.

México debería ser ejemplo de que las cosas están bien hechas. La Secretaría de Turismo (Sectur) y la de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) tienen un acuerdo desde 1995 para colaborar en el desarrollo del ecoturismo. Sin embargo, aunque las dependencias oficialmente trabajan juntas, ha habido pocos resultados.

Mientras los funcionarios del gobierno entran y salen de sus puestos rápidamente, un grupo de empresarios privados estableció su propio grupo: la Asociación Mexicana de Turismo de Aventura y Ecoturismo (Amtave). Este grupo presume de tener miembros por todo el país, aunque la mayoría está en la Ciudad de México. La asociación evalúa a sus miembros y no todos los que aplican son aceptados. Pero no todos los que ofrecen turismo de naturaleza en México quieren ser miembros de la Amtave. Muchos simplemente se basan en una ética ambientalista y el conocimiento de que los viajeros son receptivos a hoteles y servicios ecoamigables.

El mercado del ecoturismo

El primer paso necesario para entender el mercado del turismo es cuestionar las cifras sobre dicha actividad. También deben cuestionarse las estadísticas del ecoturismo. Encuestas al respecto han sido recopiladas en aeropuertos internacionales, muy pocas veces en el campo. ¿Pueden estas cifras darnos una imagen adecuada de lo que la gente haría o no haría en áreas rurales? También sería arriesgado etiquetar a alguien como "ecoturista" sólo porque visita un parque o un área protegida.

Según el cristal con que se mire...

Pero, ¿qué es ecoturismo? La falta de una definición compartida resulta en múltiples interpretaciones. Aun cuando coinciden en la imagen general, grupos conservacionistas y agencias de viajes tienen interpretaciones distintas de lo que es el ecoturismo. Y si coinciden en los criterios básicos, les confieren pesos distintos a los componentes.

Por ejemplo, los proyectos promovidos por grupos conservacionistas pueden tener buenas estrategias de conservación, pero tienden a carecer de conocimientos de mercadotecnia y de la industria del turismo. A la inversa, algunos negocios grandes de turismo ofrecen tours de los que se saca mucho provecho económico, pero tienen muy poca o ninguna relación con la comunidad o asistencia conservacionista. Consecuentemente, son muy pocos los proyectos de turismo de naturaleza que cumplen con los tres requisitos que le dan vida al concepto: proveer medidas de conservación, participación comunitaria significativa y ser rentable.

El éxito o fracaso del ecoturismo depende del cristal con que se mire. Los conservacionistas medirán los méritos de un proyecto por sus contribuciones a la protección del ambiente. Las agencias de viajes se enfocarán en un punto principal: ¿están haciendo un buen negocio? Y cada viajero llega a un destino o proveedor de ecoturismo con sus propias experiencias y prejuicios.

Tener un punto de vista específico tiene sus pros y sus contras. Si insistimos en estándares ambientales altos, los costos se disparan. Esto coloca a los servicios y destinos en una clase de turismo de "lujo", aunque algunas veces sin las amenidades a las que están acostumbrados aquéllos que pagan precios altos. Esto también entra en conflicto con operaciones más humildes y rurales. ¿Cuál es el mejor ejemplo de ecoturismo? ¿Un rústico albergue comunitario o un hotel ecoamigable, de dueños extranjeros?

También están en riesgo los guías rurales o indígenas que no tienen los recursos financieros para participar en los programas de entrenamiento de guías ya que no se ofrecen en el campo sino usualmente en la capital. Si los gobiernos o las agencias no fortalecen a los guías rurales, faltará la participación local en el ecoturismo.

 

 


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